El vino es la bebida obtenida de la fermentación alcohólica del mosto de uva o de las uvas. El proceso principal por el cual se transforma el mosto en vino es la fermentación alcohólica.
En el proceso de fermentación dentro de la cuba se produce anhídrido carbónico, esta formación de gas carbónico va a ser importante para la extracción de sustancias contenidas en el prensado de la uvas y en proporcionar una atmósfera protectora de la oxidación de las mismas que es beneficiosa para la obtención de vinos de calidad, sobre todo en el caso de los tintos.
En la elaboración de cada tipo de vino, es muy importante controlar la temperatura de fermentación continuamente durante todo el proceso ya que cada vino requiere unos márgenes de temperatura determinados.
Una vez finalizada la fermentación alcohólica ya tenemos el vino nuevo, que tras un periodo de algunos meses más en la cuba, termina de fermentar los pocos azúcares que siempre quedan tras la fermentación principal.
La fermentación maloláctica es fundamental para la calidad del vino, especialmente en los vinos tintos. Se realiza pues una segunda fermentación que pretende transformar todo o parte del ácido málico procedente de la uva en ácido láctico y anhídrido carbónico.
El caldo pueda pasar ya a la maduración en barricas según desee el productor, conociéndose también como crianza del vino.
La crianza es el proceso de maduración de un vino en toneles o barricas, generalmente de roble. El envejecimiento de los vinos se determina por el tiempo que pasa en la barrica después de su fermentación alcohólica. La crianza añade estructura y complejidad (aromas tostados y especiados) a éste y contribuye a su longevidad. La crianza posterior en botella lima las asperezas de la madera, pero la madera es lo que da el «bouquet”.
Que son los taninos: lo percibimos en el sabor áspero del vino y el causante son las sustancias propias de la piel, pepitas y raspones de la uva junto con las sustancias de las maderas de la barrica. Dependiendo de la concentración de taninos un vino deberá estar más o menos tiempo en barrica para que se suavicen, siendo un factor importante los años de las cepas, y de las condiciones climáticas de la cosecha.
Los vinos tienen un contenido alcohólico que oscila entre un mínimo de 9° y un máximo de 14,5°. Generalmente son secos (< 5 g/l en azúcares).
Se pueden clasificar por su color:
Blanco. Es el obtenido a partir de uvas blancas. Aunque es poco frecuente, también puede ser obtenido a partir de uvas tintas de pulpa no coloreada a las que se les separa el hollejo (piel de la uva, parte externa, cubierta). Este vino a medida que envejece se oscurece.
Tinto. Es el obtenido a partir de uvas tintas a las que no se les ha separado los hollejos. Este vino a medida que envejece el color decrece.
Rosado. Es el obtenido a partir de uvas tintas a las que se les ha separado parcialmente los hollejos. También puede provenir de mezcla de uvas blancas y tinta.
Siguiendo los consejos reguladores españoles se pueden clasificar los vinos por su edad:
Joven. 12-24 meses botella
Crianza. (2 años). 6-12 meses barrica / 18-12 meses botella
Reserva. (3 años). 12 meses barrica / 24 meses botella
Gran reserva. (5 años). 24 meses barrica / 36 meses botella